domingo, 4 de septiembre de 2011

Remedios para el desamor


El amor es compromiso que apunta hacia la fidelidad, la cual se sustenta a través de continuas y pequeñas lealtades. Por eso la libertad de cada uno queda comprometida en el amor.
Mujer Nueva
Autor: Enrique Rojas La Nación


El hecho de sus notas
        Desde la atalaya de mi consulta psiquiátrica he visto circular delante de mí muchas crisis conyugales. Unas veces ha sido posible encontrar vías de comunicación y de solución. En otras, la pareja se ha roto, se ha partido por la mitad. El fenómeno es muy complejo y sus raíces tienen una rica etiología.
        Pero desde el punto de vista psicológico hay tres notas importantes que deben ser subrayadas:
        1) se trata de un hecho epidémico, que ha sustituido a las viejas epidemias de siglos y años precedentes;
2) es contagioso, cosa que no debe exaltarnos, ya que las modas se contagian más que las enfermedades infecciosas;
3) se enmarca dentro de una profunda crisis de valores que está recorriendo la sociedad del bienestar.
El amor y la enorme complejidad del tema del amor en general
        ¿Qué está pasando? ¿Quién iba a decirnos hace tan sólo unos años que en esta etapa de progreso de los grandes países de Occidente, superadas tantas dificultades históricas, nos íbamos a encontrar con esta terrible plaga? El problema tiene muchas variantes. Ahora lo vamos a ver desde tres secuencias diferentes: características del amor en general, ingredientes del amor de la pareja, y, por último, tipos de crisis conyugales y posibles objetivos terapéuticos.
¿Qué es el amor?
        La pregunta parece casi una osadía. Cuántos libros, novelas, poemas y tratados se han ocupado de él, bien de una forma o de otra. El término amor es polisémico, tiene muchos sentidos. En él se dan cita un conjunto de significaciones. Pero su uso, abuso, falsificación, manipulación y adulteración exigen un esfuerzo especial de clarificación para evitar que llegue a quedar reducido a cosa, cosificado, trivializado, como tantas veces está sucediendo hoy.
        Hay muchos tipos de amores. Desde la amistad hasta la simpatía, desde la amplia gama de relaciones interpersonales (amor a los padres, a los hijos, a los familiares no tan cercanos, a los compañeros de trabajo, etcétera) hasta el amor a cosas u objetos inanimados (los muebles antiguos, el arte medieval, el Renacimiento, la literatura romántica). También está el amor a cuestiones reales (la justicia, el derecho, la verdad, el rigor metodológico) o a ciertos temas de vida (a la tradición, a la vida en contacto con la naturaleza, al trabajo bien hecho, al estilo de vida clásico). Finalmente, el amor al prójimo, entendido éste en su sentido etimológico y literal, a los que están más cerca, y el amor entre un hombre y una mujer, que va a ser el núcleo de nuestro análisis. Y el amor a Dios, para el hombre de fe.
Sentimiento pero más
Bases de un matrimonio
        Lo común a todo amor es la atracción, la aprobación, la tendencia a adherirse a ese algo, que ve como bueno y que conduce a su posesión. Es el amor humano el puente sobre el que inicialmente se hilvana todo el sentimiento. Porque amar a alguien traduce un sentimiento de gozo, de alegría interior que tiende a la unión. El sentimiento va a ser el motor de esta dinámica, aunque con el paso de los años, cuando ese amor lleve ya un cierto rodaje, necesitará de otros componentes que veremos enseguida. El enamoramiento está presidido por emociones y sentimientos; el amor de la pareja está recorrido además por el sentimiento, por la voluntad, la inteligencia, el compromiso y la entrega. Mientras el primero supone una concepción adolescente, el segundo alberga un sentido más maduro.
El sentimiento en el amor
        Veamos ahora las características del amor conyugal, matrimonial o de la pareja. Lo inicial es el sentimiento, que arranca de ese poderoso estímulo que es la atracción. El amor es ante todo un sentimiento, pero no se agotan todos sus contenidos en él. Es además una tendencia que se quiebra en tres direcciones: físico-sexual, psicológica y espiritual.
        Debe apoyarse, también, en una filosofía de vida común, similar. Cuando los cónyuges viven unas creencias firmes y coherentes, los avatares del porvenir son vistos con otra perspectiva. En el hombre de Occidente, el pensamiento cristiano ha llenado con creces todas las inquietudes humanas. Viene después el amor como acto de la voluntad, así se producirán esfuerzos concretos por mejorar la convivencia diaria, luchando cada uno y poco a poco por ir venciéndose personalmente. Un amor sin voluntad es un amor inmaduro, frívolo, superficial, trivial, producto típico del nuevo hombre light. Para los defensores de esa concepción el amor es sólo un sentimiento, que va y que viene según soplen los vientos. Ese es el amor de las canciones de moda, monumento ligero e insustancial.
Indigencia y voluntad
        Otro componente importante es la inteligencia. ¿Qué quiere decir esto? Significa que el amor ya establecido debe ser un acto inteligente o, dicho de otro modo, hay que amar con el corazón y con la cabeza. Así se descubre el jeroglífico que es la convivencia: se aplica la cabeza, poniéndose orden y claridad. Ese amor se hace más personal, se individualiza. Así uno es capaz de entender la psicología del otro, con objetividad y, por supuesto, con el efecto y amor necesarios. La voluntad y la inteligencia como ingredientes del amor de la pareja son esenciales, pero hoy son impopulares, no tienen buena prensa, no se llevan. Y es lógico, dado el clima hedonista y permisivo en el que nos movemos.
Compromiso firme pero flexible
        Dos notas más queremos añadir a esta colección de elementos. El amor es compromiso que apunta hacia la fidelidad, la cual se sustenta a través de continuas y pequeñas lealtades. Por eso la libertad de cada uno queda comprometida en el amor. No olvidemos que todo compromiso, a la larga, puede aparecer en un momento determinado excesivamente costoso. La fidelidad hace que el amor sea vivido con integridad y coherencia. Cuando todo es pasajero, relativo, hasta que uno y otro se soporten, nos vamos a encontrar con un subproducto que es el amor light, amor sin compromiso, sin voluntad, sin cabeza, sin esfuerzo, sujeto a los vientos que vengan: terminará siendo un producto afectivo degradado.
        Y la última nota con la que resumimos la alquimia del amor humano: ésta implica un proceso dinámico. Con el paso de los años, éste se verá sometido a cambios, oscilaciones, giros, pero manteniendo sus puntos primordiales. El subsuelo del amor permanece.
        Queda así analizado fenomenológicamente el amor conyugal, mezcla de sentimiento, tendencia, filosofía de vida común, voluntad, inteligencia, compromiso y curso dinámico.
Decisivo superar el pasado
Puentes de acercamiento
        La diversidad de tipos de crisis conyugales impide trazar una línea terapéutica recta. Pero sí podemos dar una serie de remedios para el desamor. Observaciones psicológicas que pueden servir de ayuda y orientación para esas etapas difíciles:
        Para empezar a arreglar una situación conyugal difícil es necesario esforzarse por asumir y digerir el pasado entre ambos. Es menester una especie de borrón y cuenta nueva. Si esto lo hacemos en otros terrenos de la vida, cómo no lo vamos a poner en práctica en este campo. La incapacidad para superar el pasado convierte a muchos en personas neuróticas, amargadas.
        Es importante esforzarse por no sacar la lista de agravios. Ese inventario de pequeños y grandes fallos, errores, defectos o fracasos que se acumulan tras la convivencia.
Ni de palabra ni de obra
        Respeto mutuo en tres direcciones: palabra, obra y gestos. ¡Cuántas parejas podrían haberse mantenido si no fuera por la utilización descontrolada de palabras fuertes, duras, hirientes, cargadas de acusaciones, descalificantes! El respeto de obra es esencial: en el lenguaje jurídico hablamos de sevicias para referirnos al maltrato. Es clave también cuidar el lenguaje no verbal: por eso el respeto de gestos y ademanes tiene un enorme valor.
        Evitar discusiones innecesarias. Aquí entraría de lleno lo que los psiquiatras llamamos "adquisición en habilidades de comunicación".
Remontar lo difícil
        Aprender a remontar momentos, días o situaciones difíciles. Tener capacidad de reacción y poner en marcha enseguida recursos psicológicos adecuados.
        Estos cinco puntos sólo abren un rico campo de posibilidades. Buscan puentes de acercamiento y comprensión. Y sin perder de vista que en el amor conyugal lo importante es lo pequeño.
        No hay felicidad sin amor y no hay amor sin renuncia.

viernes, 1 de julio de 2011

EL MALTRATO INFANTIL


     Es una enfermedad social, internacional, presente en todos los sectores y clases sociales; producida por factores multicausales, interactuantes y de diversas intensidades y tiempos que afectan el desarrollo armónico, íntegro y adecuado de un menor, comprometiendo su educación y consecuentemente su desenvolvimiento escolar con disturbios que ponen en riesgo su socialibilización y por lo tanto, su conformación personal y posteriormente social y profesional.
     Por lo tanto; es un problema de interés comunitario, por lo que la  sociedad en su conjunto  tiene la responsabilidad legal, moral y ética de asumir un protagonismo activo en todas sus formas, con el objeto de organizarse y hacer frente a este problema. No obstante, la responsabilidad primaria de responder al maltrato infantil radica en los organismos oficiales a nivel local de cada comunidad y en forma complementaria en otro tipo de respuestas que cada comunidad, a través de agrupaciones no gubernamentales hayan sabido organizar para hacer frente a este problema.
     En la cotidiana realidad y en la mayoría de los casos, las víctimas no encuentran una respuesta adecuada en las instituciones oficiales que paradójicamente deberían brindar contención y ayuda para cortar con el ciclo de la violencia.
     Todos aquellos que de un modo u otro tienen o han tenido participación en esta problemática saben de la existencia de una enorme desproporción entre las necesidades para un eficaz abordaje a esta problemática y los limitados recursos que el Estado (municipio, estado o nación) destina a tal fin. Tambien suele angustiar la asimetría entre la urgencia de acciones que demanda un caso y el tiempo que el Estado suele tomarse para "encontrar" la respuesta.  Es habitual entonces que, ante la falta de una solución acorde a la urgencia o necesidad planteada, la ayuda llegue de parte de organizaciones no gubernamentales, de fundaciones, de profesionales independientes y aún dependientes de organismos oficiales pero que intervienen en forma particular, o peor aún, que esta ayuda no llegue nunca.
     Para hacer frente a un problema tan complejo como el maltrato infantil se requiere de un compromiso presupuestario nacional, provincial y municipal acorde con la magnitud y gravedad del tema que aquí tratamos.
     Un niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su seguridad o su bienestar psicológico se hallan en peligro por las acciones infligidas por sus padres o por las personas que tienen encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato tanto por acción como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al niño como consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas, pinchazos propinados de manera intencional por parte de un adulto. También están los daños causados por castigos inapropiados o desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición de la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y cuándo comienza el abuso. Quien utiliza el castigo físico argumenta que lo hace como último recurso, cuando otras alternativas correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo por parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o amenazas menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de lesionar, sólo pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con la excepción del "pequeño azote a tiempo" (considerado por muchos padres como necesario, aunque pervive el debate social al respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra indócil a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico es un atentado contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede causarle graves daños emocionales.

PERSPECTIVA HISTÓRICA DEL MALTRATO INFANTIL
     Diversos historiadores coinciden en señalar que durante siglos los niños fueron criaturas muy susceptibles al abuso parental e incluso medidas más drásticas aún. Durante siglos los niños eran vistos como propiedad de los padres o del estado, por ejemplo la ley romana le adjudicaba pleno poder al padre sobre el destino de su hijo: este podía matarlos, venderlos u ofrecerlos en sacrificios.
     El infanticidio era materia muy común y rutinaria en países tales como Egipto, Grecia, Roma, Arabia y China. En la edad media la situación no era mucho mejor, en muchas ciudades de Europa la pobreza era tal que los niños se convertían en un gasto oneroso para los padres, lo que motivaba a muchos de estos a abandonarlos o mutilarlos. Durante la revolución industrial, los niños de padres que provenían de estratos bajos de la sociedad, solían ser obligados a trabajar en tareas pesadas. Frecuentemente estos eran golpeados, no se les daba de comer o se les sumergía en barriles de agua fría como castigo de no trabajar con más rapidez y afán.
     A finales del siglo XVIII comienzan a notarse ligeros cambios que conducen al reconocimiento de los daños psicológicos de este tipo de abuso. En 1959 se establece la declaración de los derechos del niño, y en 1989 la convención de los derechos del niño, dichas normas recogen los principios mínimos que deben ser garantizados a las personas menores de 18 años. Así la preocupación por los derechos del niño transciende la preocupación local e interno y se ha convertido en los últimos años en una preocupación internacional. En 1962 la temática del maltrato infantil comenzó a ser estudiado de una manera sistemática, en este año Kempe y colaboradores delinearon las características clínicas y las repercusiones de lo que ellos llamaron "el síndrome del niño maltratado". Es aquí cuando realmente se inicia la investigación rigurosa de uno de los tipos de abuso más repulsivos y frecuentes que se da dentro del seno del hogar.
     En nuestro país el maltrato infantil constituye un tema de interés creciente, lo que ha motivado el surgimiento de diversas iniciativas en ámbitos diversos, que incluyen aspectos legales, sociales, médicos - asistenciales y psicológicos entre otros.  Actualmente  es muy difícil tener datos estadisticos ciertos u objetivos sobre la magnitud del maltrato infantil, ya que solo se llegan a conocer datos parciales de casos que llegan a los hospitales y al juzgado de menores, los cuales por lo general, son de extrema gravedad.

Dimensión del Problema
     El maltrato infantil es un problema escondido en muchos países, debido a que no se cuenta con datos ya que el tema está cargado de vergüenza y negación. No obstante, el maltrato infantil es un problema en los países tanto desarrollados como en desarrollo.
     Son muchas las razones que inducen a creer que el maltrato y descuido de menores se tornará todavía más común a medida que los países hacen la transición de economías reglamentadas a economías de mercado más abiertas y con menos estructuras para el bienestar social. Debido a que el crecimiento urbano recarga los servicios médicos y sociales ; debido a que las mujeres ingresan al mercado de trabajo cada vez en mayor número ; y debido a que por diversas causas más familias se ven desplazadas se sus hogares y su entorno cultural.
     Este problema se presenta a lo ancho y largo de nuestro país, cualquier niño sin discriminación de edad, sexo o condición socioeconómica puede ser víctima de maltrato infantil en cualquiera de sus formas.
     En nuestro país no se registran estadísticas ni estimaciones confiables sobre las diversas formas de violencia doméstica hacia los niños y adolescentes, por lo que nuestra realidad actual no nos permite manejar datos cuantitativos representativos sobre el maltrato físico o el abuso sexual.
     Las estadísticas mundiales revelan que más del 60% de los niños que sufren maltrato pertenecen a la edad escolar, a pesar de ello sólo entre el 5 y el 15% de los casos denunciados provienen de maestros, profesores o docentes del sistema educativo en general.
     En el ámbito escolar en particular los obstáculos que impiden la denuncia incluyen entre otros: falta de información suficiente para saber como detectar y denunciar casos de maltrato; temor a las posibles ramificaciones legales que pueda traer aparejada la denuncia o a las consecuencias que deriven del acto mismo de evidenciar el abuso o maltrato.

Caracterizaciones del Maltrato infantil

     Un grupo importante de padres que maltrata o abusa de sus hijos han padecido en su infancia falta de afecto y maltrato. Esto suele asociarse a una insuficiente maduración psicológica para asumir el rol de crianza, inseguridad y perspectivas o expectativas que no se ajustan a lo que es de esperar en cada etapa evolutiva de sus hijos. Como señala Kempe, estas características psicológicas en sus padres, son un importante potencial de maltrato. De tal forma que  cualquier pequeño hecho de la vida cotidiana, todo comportamiento del niño que se considere irritante, si encuentra a su progenitor en situación de crisis, con escasas defensas anímicas y con dificultades para requerir apoyo externo, pueden desatar la violencia.
 
Resumiendo, los factores que estos autores relacionan con el maltrato son:
1. La repetición de una generación a otra de una pauta de hechos violentos, negligencia o privación física o emocional por parte de sus padres. La típica frase de "Asi me criaron mis padres y nada paso".
2. El niño es considerado indigno de ser amado o es desagradable, en tanto las percepciones que los padres tienen de sus hijos no se adecuan a la realidad que los niños son, además, consideran que el castigo físico es un método apropiado para "corregirlos" y llevarlos a un punto mas cercano a sus expectativas.
3. Es más probable que los malos tratos tengan lugar en momentos de crisis. Esto se asocia con el hecho de que muchos padres maltratantes tienen escasa capacidad de adaptarse a la vida adulta.
4. En el momento conflictivo no hay líneas de comunicación con las fuentes externas de las que podrían recibir apoyo. En general estos padres tienen dificultades para pedir ayuda a otras personas. Tienden a aislarse y carecen de amigos o personas de confianza

Causas y Efectos del Menor Maltratado

Causas
1. Se presenta cuando el agresor en su infancia fue agredido por sus padres o tutores, de la misma forma que lo hace ahora con sus hijos, en donde estos pueden llegar a convertirse en adultos sin afecto. El circulo vicioso Maltratado - Maltratador - Maltratado que debemos romper.
2. Incapacidad materna y/o paterna para asumir la educación y responsabilidad de los hijos.
3. Por problemas de salud en los primeros años de vida del menor.
4. Por alcoholismo y/o drogadicción en los padres.
5. Por desempleo.
6. Desintegración familiar y falta de comunicación.
7. Familias extensas o numerosas.
8. Por lo general la agresión hacia los menores es por parte de la madre debido a que pasa mayor tiempo con estos.
9. Embarazos no deseados.

Efectos
1. Además de lesiones, cicatrices de diferentes épocas que han tornado al niño temeroso y suspicaz, encontramos una dificultad para establecer relaciones interpersonales profundas y estables.
2. Los sentimientos de estima personal no se desarrollan adecuadamente toda vez que se acepta el maltrato como algo que se merece por sus incapacidades.
3. Ante el maltrato los niños pueden responder con un comportamiento pasivos de aceptación, se les observa tristes y sumisos, o con un comportamiento rebelde y agresivo, esta agresividad suele dirigirse a otros niños.
4. A nivel intelectual estos niños suelen presentar un retardo en su desarrollo y dificultades en el aprendizaje, esto es resultado de una pobre estimulación o desinterés de los padres en la educación de su hijo y, en parte, por temor del niño maltratado frente a las consecuencias de un nuevo posible error o fracaso.

TIPOS DE MALTRATO
     Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros hemos seleccionado los siguientes:

Maltrato físico
      Se define como maltrato físico a cualquier lesión física infringida al niño/a (hematomas, quemaduras, fracturas, u otras lesiones) mediante pinchazos, mordeduras, golpes, tirones de pelo, torceduras, quemaduras, puntapiés u otros medios con que se lastime el niño.

     En la definición del maltrato infantil es necesario recalcar el carácter intencional, nunca accidental, del daño o de los actos de omisión llevadas a cabo por los responsables del cuidado del niño/a, con el propósito de lastimarlo o injuriarlo.
    
     Aunque el padre o adulto a cargo puede no tener la intención de lastimar al niño, también se interpreta como maltrato a la aparición de cualquier lesión física arriba señalada que se produzca por el empleo de algún tipo de castigo inapropiado para la edad del niño/a.
    
     A diferencia del maltrato físico el castigo físico se define como el empleo de la fuerza física con intención de causar dolor, sin lesionar, con el propósito de corregir o controlar una conducta.
    
    No siempre es sencillo saber cuando termina el "disciplinamiento" y comienza el abuso.  
  
   En contraposición con el maltrato físico, el castigo corporal es una práctica muy difundida y socialmente aceptada.

   A pesar de ello, constituye una violación de los derechos fundamentales como personas, es un atentado contra su dignidad y autoestima, es una práctica peligrosa porque puede causar daños graves a los niños y constituye siempre una forma de abuso psicológico que puede generar estrés y depresiones.

   Los niños que sufren este tipo de castigo tienden a reproducir comportamientos antisociales y a convertirse en adultos violentos.
     Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cientos de miles de niños han recibido abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional, que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas Adheridas emocionales ocultas pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento inmediato es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico.

Unete y no te hagas verdugo o complice del maltrato de un niño, juntos podemos romper el circulo de violencia.

viernes, 10 de junio de 2011

Indio Borracho

Un indio va a un bar del oeste americano. Se le acerca el barman a preguntarle que quiere y este le dice:
- Indio fuerte querer bebida fuerte.
El barman le pasa un whisky de patata que podria matar a un caballo, pero el indio se queda igual y se va.
Vuelve al dia siguiente y dice:
- Bebida de ayer bebida de niños, indio fuerte querer bebida fuerte.
El camarero se le queda mirando asombrado y le prepara un coctel con el mismo whisky matarratas y aguardiente mejicano concentrado.
- Tome, ahi tiene algo fuerte.
El indio se lo toma y se va. Vuelve al dia siguiente y dice:
- Lo de ayer no ser fuerte. Indio fuerte querer bebida fuerte.
Desesperado, el barman decide darle algo fuerte de verdad: mezcla vodka, aguardiente, alcohol, polvora, pimienta, guindillas de Albacete, un poco de lejia y un poco de pure de alubias que le quedaba de la semana anterior. Se lo da al indio y le dice:
- Esto solo es para hombres fuertes.
El indio se va y el barman se queda riendo entre dientes.
Vuelve el indio al dia siguiente y el barman, asombrado de verlo todavia vivo le
pregunta:
- Que tal?
- Muy bien, indio fuerte y bebida fuerte. Hoy solo caminar mucho, ayer tirar pedo y quemar caballo!!

Borracho Culto

 Un político, que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo del  interior, se paró sobre un cajón e inició su discurso:
-¡Compatriotas, compañeros, amigos! Nos encontramos  aquí convocados,  reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar  o discutir un tópico,  tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte. El tópico, tema o asunto que hoy nos convoca, reúne o arrejunta..., es  mi postulación, aspiración o candidatura al Ayuntamiento de este municipio...


 De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:
- ¿Por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?

- Pues mire, caballero: la primera palabra es para las personas con un  nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc. La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy. Y la tercera palabra es para las  personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese borracho que está allí, tirado en la esquina.

........De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:
- Un momento..! Postulante, aspirante o candidato... ¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico,  borracho o vuelto mierda... hic! no implica, significa, o quiere decir,  que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodido… ¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece ¡hic!, puede ir  agrupando, reuniendo o arrejuntando. .. ¡hic!, sus bártulos, efectos o cachivaches. .. ¡hic! para encaminarse, dirigirse o irse, derechito: a molestar, fastidiar o asquear a la progenitora  de sus días, a la madre que lo llevó en su seno, o a la buscona, cortesana o ramera que lo parió, alumbro o aborto.
Mi estado indigente, menesteroso o pobre…. no denota, significa o figura falta de cultura, erudición o ilustración.
En cambio su soberbia, sosería o bobería, expresa, evidencia, denota su pequeñez, insignificancia y nimiedad humana.
Un vividor, sablista, aprovechado que se nutre, sustenta y atiborra del fisco, hacienda o tesoro público. No tiene estatura, talla o alzada para agraviar, ultrajar, insultar, injuriar, faltar, difamar, zaherir o deshonrar a un borracho, ebrio, dipsómano, beodo, achispado, ajumado, curdo o pedo como yo.
Es todo... de mi parte puede ir usted a importunar, chingar o molestar a sus familiares, parientes o afines....

¡¡ QUE ARRECHA, DERECHA Y GARRUCHA ES NUESTRA LENGUA, IDIOMA O DIALECTO CASTELLANO!!

miércoles, 1 de junio de 2011

5 estrategias para afrontar los problemas de conducta de tus hijos

Autor: Jenny Guerra Hernández

En una sociedad en la que se busca la autosatisfacción instantánea, cada vez es más común que los niños, niñas y jóvenes manifiesten problemas de conducta debido principalmente a su falta de habilidades para manejar la frustración. Pero existen técnicas muy efectivas para modificar el comportamiento inadecuado por medio de la disciplina positiva y en este artículo, aprenderás cinco estrategias muy útiles para ello.

Primero: decide cuál es la primera conducta que quieres modificar
Los padres suelen hablar de forma atropellada acerca de los interminables problemas de comportamiento de sus hijos. Sin embargo, cuando les pides que te aclaren de forma concreta cuáles son aquellas conductas que realmente les preocupan, pocos saben contestar a la pregunta.
Para conseguir modificar la conducta de tu hijo dedícate a observarlo por una semana y escribe en un papel cuáles son las 5 conductas que más se repiten. Puedes aplicarlas estrategias que se nombran en este artículo para modificar la primera de ellas y luego, repetir el proceso con las 4 siguientes.
Segundo: escoge la respuesta que vas a tener frente a la conducta indeseada
Cuando se trata de mejorar el comportamiento de un niño, es necesario que todo esté bien planificado. Por ello, debes elegir de qué manera vas a reaccionar a la conducta indeseada cuando esta se presente.
En la medida de lo posible, elige respuestas basadas en la disciplina positiva, es decir, que ayuden al niño a ser mejor persona, no peor.
Tercero: aplica la respuesta de forma dulce y consistente
Cada vez que tu hijo emita el comportamiento inadecuado, responde con paciencia y sin acritud de forma sistemática. Por ejemplo, si has elegido modificar la conducta de no hacer los deberes, cada vez que el niño traiga una nota de la profesora, pídele que escriba otra nota a ésta explicándole por qué no realizó la tarea y fírmala con algo parecido a esto: “como verá, señorita, estamos trabajando en ello”.
Por favor, no te regocijes en los errores que comete tu hijo y responde siempre con dulzura y comprensión, pero con firmeza, dejándole claro quién es el adulto.
Cuarto: hazle saber que estás para ayudarle a desarrollarse como ser humano
En muchas ocasiones, son los mismos hijos los que desean modificar el comportamiento y se autocastigan cuando observan que cometen los mismos errores una y otra vez. Otros niños, se ilusionan cuando ven que son capaces de actuar de forma apropiada y se decepcionan cuando vuelven a “equivocarse”.
Tanto en el primer caso, como en el segundo, es importante que le hagas saber que tú no puedes cambiar su conducta con una varita mágica, pero que sí puedes servirle de apoyo para conseguirlo.
Quinto: celebra cada conducta deseable
Celebrar no es lo mismo que premiar de forma conductista, aunque tenga un efecto parecido. Se trata de que le hagas saber a tu hijo o hija que te alegras de que se esfuerce en cambiar y que deseas expresarle tu sentimiento de orgullo por el esfuerzo que está realizando.
Entre más inesperadas sean las respuestas que des, más efectivas serán. A todos nos gusta sentirnos protagonistas y apreciar el cariño de los otros. Las emociones se contagian y en ello está la clave de tu respuesta ante las conductas apropiadas. Intenta en la medida de lo posible que estás respuestas sean siempre de tipo social como ver una película o ir a la playa.
Quizá te parezca demasiado sencillo esta receta de modificación de conducta, pero es que en realidad es algo bastante fácil. En mi consulta consigo cambiar conductas en menos de cinco minutos, simplemente “tocando las teclas que hay que tocar”.
Una cosa te garantizo, ni yo, ni ningún terapeuta conoce mejor a tu hijo o hija que tú mismo, y sin embargo, juntos, podemos conseguir mejorar su conducta. Así que ¡anímate a intentarlo!.

NO AL MALTRATO INFANTIL

NO AL MALTRATO INFANTIL
Un niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su seguridad o su bienestar psicológico se hallan en peligro por las acciones infligidas por sus padres o por las personas que tienen encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato tanto por acción como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al niño como consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas, pinchazos propinados de manera intencional por parte de un adulto. También están los daños causados por castigos inapropiados o desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición de la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y cuándo comienza el abuso. Quien utiliza el castigo físico argumenta que lo hace como último recurso, cuando otras alternativas correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo por parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o amenazas menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de lesionar, sólo pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con la excepción del "pequeño azote a tiempo" (considerado por muchos padres como necesario, aunque pervive el debate social al respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra indócil a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico es un atentado contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede causarle graves daños emocionales.