lunes, 23 de mayo de 2011

Bienvenidos!!

Con la caracteristica sencillez del hombre de campo, llanero de las pampas apureñas y orgulloso de mis raices elorzanas expreso a todos mi cordial bienvenida a este mi blog.
En el pretendo plasmar vivencias en mi terruño natal, dar a conocer sus tradiciones, leyendas y vivencias de mi gente humilde, honrada y trabajadora que dia a dia forja patria al sur de mi amada patria Venezuela.
Igual pretendo colocar a disposición de todos mi humilde conocimiento, experiencia y vivencias adquiridas a lo largo de mi afortunada existencia que me ha permitido conocer lugares dentro y fuera de la patria que resultan remotos en la imaginación de mis paisanos.
De ustedes espero el apoyo y colaboración para que este objetivo se consolide y se convierta a futuro en un hito referencial dentro y fuera de nuestras fronteras, recordando siempre que LOS APUREÑOS SOMOS DEL TAMAÑO DEL COMPROMISO QUE SE NOS PRESENTA.
Richerd Armando Peña J

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NO AL MALTRATO INFANTIL

NO AL MALTRATO INFANTIL
Un niño es maltratado o sufre abusos cuando su salud física y su seguridad o su bienestar psicológico se hallan en peligro por las acciones infligidas por sus padres o por las personas que tienen encomendado su cuidado. Puede producirse maltrato tanto por acción como por omisión y por negligencia. Se considera que hay cuatro tipos de maltrato. Maltrato físico es cualquier lesión causada al niño como consecuencia de golpes, tirones de pelo, patadas, pinchazos propinados de manera intencional por parte de un adulto. También están los daños causados por castigos inapropiados o desmesurados. Es difícil distinguir cuándo termina la imposición de la disciplina mediante castigos físicos "razonables" y cuándo comienza el abuso. Quien utiliza el castigo físico argumenta que lo hace como último recurso, cuando otras alternativas correctoras menos expeditivas (y que entrañan mayor esfuerzo por parte de los padres), como las explicaciones y otros castigos o amenazas menores han demostrado su ineficacia. No tiene intención de lesionar, sólo pretende corregir una conducta inadecuada. Pero, con la excepción del "pequeño azote a tiempo" (considerado por muchos padres como necesario, aunque pervive el debate social al respecto), que es disculpable sólo cuando el niño se muestra indócil a cualquier otra forma de corrección, el castigo físico es un atentado contra la dignidad y la autoestima del niño, y puede causarle graves daños emocionales.